DESIERTO

Caminando por el desierto
mi cabeza se lleno de arena
los oídos se quedaron sordos
mis ojos se volvieron piedras
tengo la boca sumergida en una duna
los dientes rotos por el sol
ampollas en la espalda
de tanto masticar la luz

Me invade el miedo
por un picante sonido en el cielo
gaste toda mi saliva
flotando en el vapor
viendo todo desde arriba
mis palabras alimentan
más que los huesos y la piel

Busco las semillas
en las últimas gotas de la lluvia
para sembrar palmeras y cáctus
recoger sus frutos
recuperar el verde
germinar raices
esta vez en tierra fértil
y no en arenas movedizas

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